Reina Letizia
Por
Ser o no ser 'la princesa cerilla'
Nos ocurre a la mayoría de las mujeres: siempre hay algún tipo de prendas que no nos favorecen debido a nuestra constitución. La gracia está en
Nos ocurre a la mayoría de las mujeres: siempre hay algún tipo de prendas que no nos favorecen debido a nuestra constitución. La gracia está en saber escoger las que a una le sientan mejor. En el caso de la Princesa de Asturias, aunque suele decantarse por piezas bonitas y estilosas, algunas la hacen parecer más delgada, algo que no le conviene.
Este es el caso del vestido nude de manga corta cubierto de flores de gasa en relieve que llevó en la boda de Victoria de Suecia con Daniel Westling. Tanto el modelo, el color, como el peinado desfavorecían a la Princesa, tanto que la prensa extranjera incluso la llegó a denominar “la princesa cerilla”.
Las alarmas sobre un posible desorden alimentario de la Princesa saltaron en 2008, en la entrega de los premios Mariano de Cavia. La esposa del Príncipe se decantó por un vestido azul Klein de Varela cuyo escote -tanto delantero como trasero- acentuaba su delgadez.
Tres años más tarde este mismo tema volvió a rondar a la Princesa por una mala elección de vestuario. En su viaje a Chile, Letizia escogió para una cena con el Presidente y la Primera Dama una falda bordada y un top con escote halter que dejaba sus hombros y sus fibrados brazos al descubierto.
Nos ocurre a la mayoría de las mujeres: siempre hay algún tipo de prendas que no nos favorecen debido a nuestra constitución. La gracia está en saber escoger las que a una le sientan mejor. En el caso de la Princesa de Asturias, aunque suele decantarse por piezas bonitas y estilosas, algunas la hacen parecer más delgada, algo que no le conviene.