Las visitas al 'Rey León'

Las puertas de la clínica Quirón se han convertido esta semana en un teatro improvisado, en el que los protagonistas no han sido otros que los miembros de la Casa Real, en su papel de familia unida frente a la adversidad. En una necesidad imperante de volver a cosechar el favor de ese público que han ido perdiendo poco a poco, a medida que se sucedían las cacerías, las Corinnas, las imputaciones y los rumores de crisis matrimoniales, todos han aparecido en escena representando la unidad y la estabilidad, frente a la debilidad del Rey. La intención no era otra que hacernos creer que todavía es posible entonar Hakuna Matata, sin darse cuenta que cuando uno acude al teatro, a pesar de que la magia le transporte, lo que ve es eso: puro teatro.

Cada día, la Reina ha acudido a ver a su amado esposo convaleciente. Algo a lo que ya no estábamos acostumbrados después de lo que tardó en aparecer en el escenario del crimen, tras la caza de Botsuana. Alguien dio entonces la voz de alarma, pero ella estaba cansada de fingir e interpretar el papel de “profesional”. Ya había tenido bastante con encontrarse a Corinna en otro hospital como para acariciar la mano de aquel que ya no disimulaba sus deslices. Pero esta vez era necesaria su aparición y ella, que sabe mejor que nadie de la importancia de los gestos, salió del hospital con la misma sonrisa en su cara, que la de alguien que viene de ver un musical y no a un Rey enfermo con el que hace tiempo que no comparte nada.

Los príncipes, que algún día heredaran los mismos asistentes que hoy se sientan en la platea atónitos ante el espectáculo, fueron capaces incluso de ofrecer un paseíllo agarrados de la mano, en plena ‘sabana africana’, intentado borrar de un plumazo los plantones estivales de Letizia. El guión, perfectamente escrito, evitó una aparición pública con esa hermana que hace tiempo se descarrió. La señora de Urdangarín aparecería en el siguiente acto, junto a García Revenga.

El mensaje ha sido claro, el mismo señor que quedó anulado de la vida de las infantas, desde que su nombre apareciese relacionado con la vergonzosa trama ‘Nóos’, aparece en escena redimido bajo la bendición de la propia casa. Por si quedaba alguna duda, ellos son los aceptados frente a Urdangarín ‘el apestado’.

En esta tournée, hasta las cachorras de felino han pronunciado sus primeras palabras en público, dedicadas al débil abuelo. Letizia, que controla hasta el extremo la educación de sus niñas, debió pasar horas ensayando en palacio.

Solo han faltado la música de Elton John y unas palomitas para que la compañía diese por hecho que tras el bajar el telón, el público ovacionará una actuación ejemplar. De lo que no se han dado cuenta, es que esta manada hace tiempo que dejó de entonar la melodía del Rey León.