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Mara Torres o la muerte a pellizcos
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Mara Torres o la muerte a pellizcos

Mara Torres, Edurne Uriarte, Joaquín Reyes, Paco León Cuidao con las fotos

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Muchos españoles comprobaron ayer con cierto estupor que La 2 de TVE aún sigue emitiendo en prime time. La mayoría pensaban que ese dígito del mando a distancia sólo servía para dormir la siesta mientras Jordi Hurtado lee citas de Anaximandro de Mileto, pero para desmentir el bulo se estrenó anoche en dicha cadena Torres y Reyes, un programa que pretende poner orden al caos en Internet y que presentan a pachas Mara (Torres) y Joaquín (Reyes). Ella pone el rollete cultural, la 'pose Rodin', el ‘avatar’ del intelecto; él la pandereta, la mofa, el chascarrillo que deshidrata el percal.

Arrancaron mal, entrevistando en riguroso directo al hombre del día, Paco León, que por suerte apareció vestido. Horas antes, el actor, guionista, director y productor (una especie de Ana Obregón de las artes verdaderamente escénicas) había celebrado el millón de seguidores en Twitter por todo lo alto… y también por todos los bajos

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Se quitó los Abanderado y enseñó a toda la concurrencia tuitera su ‘mini yo’, en lo que cabe entender como un acto de espontaneidad ‘pop’ heredado de su madre Carmina Barrios. Contento debe estar el gremio del cine con este chaval, que primero desafió lo tradicional distribuyendo Carmina o Revienta (gran película, por cierto) por los cauces no reglamentarios y ahora amenaza con boicotear también la industria del porno casero. De eso habló ayer León, de porno y de piratería, mientras Mara Torres ponía morritos y la gente en Twitter aplaudía a rabiar la nueva apuesta de la televisión pública por la calidad (?).

 

 

Torres y Reyes es una especie de tertulia en el Café Gijón ‘remasterizada’ por los hacedores de Crónicas Marcianas.

Salió el León y entró en escena el cordero. Juan José Millás participaba en un debate sobre los nuevos 'lenguajes' en la Red titulado muy gráficamente con un “Ola k ase”. A esa hora, Torres y Reyes ya era Trending Topic. “Con Millás se han coronado”, decía un usuario de la red social por excelencia. Y sí, ciertamente es de agradecer que un espacio televisivo invite a su plató a un escritor que no sea Carmen Bazán, madre de Jesulín de Ubrique, que recientemente ha publicado sus interesantísimas memorias. Pero no lo es menos que el bueno de Millás no debería haber salido nunca de su columna. Hay gente, y este el caso, que escribe muy bien, pero que cuando habla no luce de la misma forma. Casi todo el mundo prefiere leer a Millás que verlo y ver a Kubrick que leerlo, pero parece que ayer por Twitter había mucho ‘sinestésico’ suelto y también algún que otro ‘cultureta de palo’.

Tras el debate de marras, Joaquín Reyes presentó un breve informativo satírico que demostró que a este mozo, dotado de cierto talento para el sainete, le va bastante mejor de ‘chanante’ que de ‘moderno’. Y el programa se cerró con La extraña pareja de presentadores (orden versus caos, como en la película de Gene Saks) leyendo tuits con la voz distorsionada por unos chupitos de helio. Sí, Torres y Reyes es un querer y no poder; el intento de barnizar la cultura, o algo que se le parece, con la telegenia del humor. En otras palabras, una especie de tertulia en el Café Gijón ‘remasterizada’ por los hacedores de Crónicas Marcianas.

Nos basta y nos sobra con una cadena estatal. Quien quiera otra que se la pague

En ese empeño, el realizador del espacio nos regaló anoche unos planos para el recuerdo, basados en la fragmentación arbitraria de la pantalla. La gente en Twitter se volvía loca. “¡Gran formato! Me encanta que dividan la imagen”, decía uno, como si hubiese visto la luz tras veinticinco siglos encerrado en la caverna de Platón. Partir la pantalla en cuatro te puede suponer un León de Oro si te llamas Sofía Coppola, pero eso no significa necesariamente que se esté dotando de mayor significación a un relato. Puede, como en el caso de ayer, que sólo sirva para provocar el vómito a las embarazadas.

A pesar de todo, la mayor parte de los comentarios en Twitter refereridos al programa (muy numerosos, por cierto) se deshacían en elogios con la que fuera ‘alumna’ de Iñaki Gabilondo en la Ser y con el guionista y actor de ‘Muchachada Nui’. Dejando a un lado el 'postureo' de aquellos a los que les encanta presumir de ver La 2, porque disfrutar muriendo a pellizcos siempre ha conferido mucho caché en este país, cabe pensar que la gente en general se conforma con poquito. Y no es de extrañar. Que un nuevo espacio televisivo no lo presente Jorge Javier Vázquez, a la cabeza ya de seis o siete, es sin duda una gran noticia. Que el erario público financie un gran plató y unos tacones de 15 centímetros a Mara Torres para hacer esto es harina de otro costal.

Muchos españoles comprobaron ayer con cierto estupor que La 2 de TVE aún sigue emitiendo en prime time. La mayoría pensaban que ese dígito del mando a distancia sólo servía para dormir la siesta mientras Jordi Hurtado lee citas de Anaximandro de Mileto, pero para desmentir el bulo se estrenó anoche en dicha cadena Torres y Reyes, un programa que pretende poner orden al caos en Internet y que presentan a pachas Mara (Torres) y Joaquín (Reyes). Ella pone el rollete cultural, la 'pose Rodin', el ‘avatar’ del intelecto; él la pandereta, la mofa, el chascarrillo que deshidrata el percal.

Paco León Edurne Uriarte